Nada.

Lloro y lloro y lloro y no se me acaban las lágrimas.

Me quiero largar de aquí ya, no se a dónde, a dónde sea, no importa. No quiero pensar ni oir ni hablar nada, no quiero acordarme de nada, no quiero ser nadie, que no me vea nadie, no extrañar nada.
Voy a llegar a mi casa con los dedos cruzados de que no se me haya vencido la visa todavía, no quiero estar aquí, quiero irme lejos, lejos, muy lejos. Tal vez en algún lugar desconocido no me alcancen las lágrimas, ni los fantasmas, ni los recuerdos ni los olvidos ni nada.

Nada, nada, nada.
Estoy llena de nada.